domingo, 28 de abril de 2019

"Shazam" y la distancia del lado oscuro.

Resulta evidente, tras ver la película de “Shazam”, que el universo DCIU ha tomado un evidente cambio de rumbo con respecto a sus inicios.
Ya se notó en “Aquaman”; película que en general gustó a público y crítica y cuyo personaje principal distaba mucho del que actuó de manera intrascendente en “Justice League”.
En “Shazam”, el cambio de óptica se manifiesta desde el primer minuto de su metraje, siendo, la del mago superhéroe, una película luminosa y con grandes dosis de humor, muy enfocada desde el principio para un público juvenil, siendo este ya un cambio considerable con respecto a películas anteriores de este universo, como el caso de “Batman vs Superman” o “Escuadrón suicida”, pero que en general, parece haber gustado también al público adulto.

La etiqueta de superhéroe en prácticas que lleva colgada el protagonista, le da a la película un toque de gracia muy al estilo de su homónima Marvel, y aunque al comienzo la trama puede parecer un tanto lenta, después gana algo de ritmo rápidamente, dejándose ver de forma amena.
Y lo de “dejarse ver” lo digo porque desde este blog tenemos claro que ninguna película de superhéroes podrá ganar un Óscar a la mejor película (la verdad, no sé en que estaban pensando cuando alguien decidió nominar a Black Panther). Este tipo de películas son, han sido, y serán siempre productos de diversión o entretenimiento familiar, y de esa forma hay que juzgarlas.
Y ya metiéndonos un poco más en la materia, la película narra el curioso inicio de este héroe, que da un salto en edad y habilidades con el mero hecho de pronunciar la palabra “Shazam”.
Hay que reconocer que el origen de este superhéroe es un tanto curioso, pero es lo que tiene la magia. Billy Batson es un huerfano que no acaba de encajar con ninguna familia de acogida. La película comienza con la llegada de Billy a una nueva casa de acogida, y con la misma predisposición de este a escaparse, como con las otras.
Pero esta familia numerosa parece ser algo distinta. Feddy, su compañero de habitación, es un entusiasta de superhéroes como Batman y Superman, algo que curiosamente le vendrá muy bien a este nuevo superhéroe.
Precisamente en un lance con dos abusones del colegio, Billy es perseguido por estos hasta el metro, donde consigue evitarlos. No obstante, en el metro comienzan a sonar ruidos extraños, y cuando para, Billy se ve solo en una cueva.
Sin saberlo, Billy está siendo objeto de una prueba para encontrar un corazón digno de un superhéroe como Shazam, con la particularidad de que en este casting tendrá el privilegio de la falta de tiempo, en este caso para el anciano moribundo que debe dar su poder a un candidato, y con el hándicap añadido de que el poder de los seis héroes inmortales (Salomón, Hércules, Atlas, Zeus, Aquiles y Mercurio), lleva aparejada la lucha contra los siete pecados capitales materializados en monstruos, y contra un candidato que juró venganza al anciano al no pasar la prueba.

En definitiva, “Shazam” resulta una película amena de consumo familiar, alejada de la óptica más oscura de otros héroes como Batman, del que quizá se había contagiado en demasía el universo DCIU de la mano de Zack Snaider.
Al caballero oscuro y la atmosfera que le rodea no se le puede dar un color que no sea el de la noche Gothamita, pero eso no quiere decir que a otros héroes como a Shazam, Aquaman, Flash, o incluso Superman no puedan tener películas con más color y ciertas dosis de humor (eso sí, sin pasarse, que esto no es la Marvel).

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