sábado, 7 de diciembre de 2019

Crítica de "Kingdom Come"


En este blog queremos hacernos eco de los comics que público y crítica han considerado como referentes históricos tanto en DC Comics como en Marvel, y que en esta página reseñamos con la etiqueta de #comics.

En esta entrada queremos hablar sobre una de las obras de DC Comics que están dentro de este elenco privilegiado; Kingdom Come.



Kingdom Come es un cómic o novela gráfica de 4 tomos, con guion de Mark Waid y dibujos de Alen Ross. Cuenta con la participación de Tood Klein, y su primera edición data del año 1996.

En este comic se narra una nueva historia de la Liga de la Justicia, aunque con un matiz distinto, y quizá por ello especial, ya en este caso deben volver del destierro en el que permanecían para rescatar a un planeta que nuevamente necesita de ellos.

En una época futura, la sociedad está repleta de superhéroes empeñados en competir entre ellos para demostrar sus poderes, en lugar de proteger a los ciudadanos.

Son los hijos de otros muchos héroes que el tiempo ha dejado ya en un segundo plano.

El problema es que las rencillas entre estos metahumanos ha generado una sociedad violenta y tumultuosa.

Al comienzo de la historia, Wonder Woman acude a la Fortaleza de la Soledad en busca de un Superman retirado después de los sucesos acaecidos una década antes, en los que Joker acaba con gran parte de la plantilla del Daily Planet, incluida Los Lane.



Diana pide ayuda a Kal El para tratar de reconducir una sociedad convulsa enfrentada a los metahumanos, que hacen y deshacen a su antojo. Superman al principio no desea volver, pero después de pensarlo, acepta reunirse con los antiguos miembros de la Liga de la Justicia, con la excepción de Batman, que no comparte la visión idealista con la que actúa el Kryptoniano.

Después de reunir a un buen número de héroes afines, los metahumanos rebeldes son encerrados en una prisión nuclear recién construida, llamada “El Gulag”.

Superman se ve obligado a luchar contra un metahumano llamado “Magog”, que fue el que mató a Joker, y que lejos de pagar por ello, fue aclamado como a un héroe, provocando el retiro autoimpuesto del Kryptoniano.



Mientras tanto, Lex Luthor consigue erigirse al frente de una organización formada para proteger la tierra frente a la amenaza metahumana.

Superman no quiere usar la fuerza como arma disuasoria ante los metahumanos rebeldes, y mucho menos contra los habitantes de la Tierra, pero Diana tiene una actitud mas beligerante en sus reuniones con los representantes de Naciones Unidas, lo que conduce a varias disputas entre los dos héroes. Pese a ello, el plan de la Liga de la Justicia va funcionando, y “El Gulag” se llena en poco tiempo de metahumanos rebeldes. Lo malo es que cuando llegan a prisión los villanos más hostiles, la revolución no se hace esperar.

Al principio, Batman y su grupo de héroes afines aceptar entrar en los planes de Luthor para frenar a la Liga, pero poco después, con la ayuda del Detective Marciano, desvela los verdaderos planes de Luthor, que incluye a un adulto Billy Batson como arma secreta, al que los villanos mantienen controlado.

Poco después, “El Gulag” colapsa y los metahumanos rebeldes se enfrentan a los miembros de la Liga de la Justicia. Superman y Shazam luchan junto a los restos de la prisión nuclear, y en un momento de esa lucha, Kal El insta a Billy a que recupere su verdadera consciencia y le ayude a eliminar los misiles nucleares que Naciones Unidas ha lanzado contra los metahumanos.

Cuando Superman consigue desembarazarse de Shazam y se dispone a interceptar los misiles, este lo aparta y se sacrifica por el y por el mundo.



Tras el sacrificio de Shazam, y pese a los deseos iniciales de venganza que eso le provoca frente a Naciones Unidas, Superman se erige como el instrumento necesario para mantener la paz y concordia entre la Tierra y los metahumanos.

Un gran final para uno de los mejores comics de DC.